Bitácora en línea del poeta, escritor y promotor de la lectura Ramón Granados Juárez.
lunes, 21 de julio de 2008
“ARDER, O LOS INGRATOS INCONVENIENTES QUE SIGNIFICA PENSAR, ESCRIBIR Y PUBLICAR UN LIBRO”
“Basta de silencios: gritad con cien mil lenguas,
porque por haber callado el mundo está podrido”.
Santa Catalina de Siena.
“Arder” es ese grito de cien mil lenguas, al que se refiere Santa Catalina de Siena; es un grito que emerge después de un prolongado silencio. El grito que lucha por limpiar al mundo de la podredumbre.
A partir de la modesta edición de mi primer libro “campos casi infértiles” en 2002 (material agotado a la fecha); se inició el doloroso (si, aunque no lo crean; me dolió) proceso de gestación de lo que hoy –julio de 2008-- presentamos con el nombre de “arder”.
“Arder” nació después de una prolongada vigilia, a lo largo de más de cinco años se revisó, se corrigió, se reescribió, se pulió, se leyó y releyó, pasó de mano en mano aún antes haber siquiera entrado a la imprenta; un año más y talvez haya llegado a ser el libro inédito más leído de la literatura contemporánea; pero yo no iba a dejar que eso pasara.
Lo difícil de hacer un libro no es escribirlo, ni corregirlo, ni presentarlo, ni siquiera hacer los más ridículos y bochornosos malabares para que la gente lo lea. Lo realmente difícil es conseguir dinero para editarlo y el caso de “arder”; no fue la excepción.
Algunas personas manchadas, de cuyos nombres no quiero acordarme, me hicieron dar tantas vueltas que terminé mareado (literalmente); y decidí descartar la opción del apoyo de particulares.
Debo confesar que en el proceso estuve a punto de abandonar el camino de las letras (no siempre es divertido lidiar con la ignorancia); pero siempre tuve amigos a mi lado que me animaron a seguir; mientras el libro se cocinaba (en un casi eterno baño maría) tuve la oportunidad de participar en otros proyectos artísticos trascendentales para la región; como ejemplo está el ahora internacional libro de arte titulado “el arte de la talla en madera”. Proyecto fotográfico independiente ideado por Sergio García y que hoy sigue sin tener la proyección adecuada, a pesar de haber llegado a países como España y Estados Unidos.
Esos proyectos me mantenían en el camino, a pesar de eso, aún estaba a la espera de sacar un trabajo exclusivamente propio; entonces se me ocurrió enviar mi libro a alguna editorial (la verdad no se me ocurrió; alguien ya me lo había sugerido, pero si no menciono el nombre de la persona, sonará como si a mi se me hubiera ocurrido; así que, en teoría, a mi se me ocurrió. Pero en el fondo, yo no lo quería hacer).
A dos editoriales fue enviado este libro: una a nivel estatal y otra, nacional. La estatal contestó; la otra, no, y sólo para decirme que no les iba a ser posible leer mi libro por que tenían en la cola (o sea, en espera) muchos libros más y que después de leerlo les tenía que gustar; para poder dictaminarlo favorablemente, así que si quería esperar, ellos me buscarían; en algún mes del 2009 (año electoral; para acabarla).
Al ver la elocuencia de tan diplomática negativa; decidí aplicar el plan “b” (o sería el “f” o el “g”; la verdad, perdí la cuenta), mismo que consistía en pedir apoyo oficial. Esta opción era para mí el último recurso, si no funcionaba, entonces me quedaría claro el mensaje divino: “no seas necio, dedícate a otra cosa”.
Afortunadamente el mensaje sería todo lo contrario, ya que “arder” gustó a la presidencia municipal de Apaseo el Alto, de quienes recibí apoyo incondicional inmediato (y además, una lana para la edición).
De inmediato notifiqué a los amigos, así nacieron los magníficos comentarios de la cuarta de forros; acertados comentarios de gente especializada en la materia y que, además, tengo la fortuna de contar con su amistad; mismos que realzan y complementan la calidad de la obra.
Los textos por sí solos tienen vida y luz propia; pero las estupendas ilustraciones de Julián Martínez Guerrero, el hermoso prólogo de Roxana Elvridge-Thomas y la precisa introducción (sin albur) de Elisena Ménez Sánchez, llevan a la obra a un nivel sobresaliente; que se complementa perfectamente con los comentarios de Herminio Martínez, Raquel Huerta-Nava, Jaime Velasco, Irma Pineda y Roberto Morris.
Debo agradecer a quienes están hoy participando de esta fiesta ardorosamente literaria; a los que están de este lado, mis cuates: Alfredo García Servín, Alejandro González, Jesús Zarazúa y Julián Martínez por sus acertadas opiniones; y a ustedes, los que están de aquel lado, por acudir a la invitación a esta fiesta (y, por supuesto, por adquirir el libro).
Hoy, por fin, después de un doloroso y a la vez divertido y educativo proceso de gestación, presentamos “arder” por el simple gusto de gritar, como lo dijo Santa Catalina de Siena “para que no se pudra el mundo” y como lo confirmó el filósofo rumano Emile Michel Cioran: “aún hallándonos a mil leguas de la poesía, dependemos de ella todavía por esa súbita necesidad de aullar; último estadio del lirismo”
Ramón Granados Juárez
Apaseo el Alto; Guanajuato. 18 de julio de 2008
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