Sábado 14 de Noviembre de 2009
Llegaron de los cuatro puntos cardinales, incluso, desde el país del sol naciente; eran poetas, narradores, cuenteros, músicos o danzantes. Todos acudieron puntuales a la cita para honrar- como nuestros ancestros lo habian hecho desde antes de la conquista- al gran ahuehuete centenario; al sabino de los poetas.
Hasta aquel lugar llegaron narradores de España, Colombia, Argentina, Japón y México; hubo danza azteca, música prehíspanica, trova, poesía y frío, mucho frío. Hubo que llenar los vasos en reiteradas ocasiones para mitigar un poco el embate del aire helado que caía sobre todos nosotros los que asistimos para celebrar al sabino.
Así transcurrio la fiesta de la palabra, con el monumental árbol de testigo -motivo de esta alegre celebración- entre amigos, lecturas, anécdotas y buena charla. Siempre es significativo encontrarse con los buenos amigos; a quienes sólo podemos ver en éste tipo de eventos, no por ello es menos importante encontrarse con gente nueva, gente que desde su trinchera combate con la palabra como bala, con la poesía como arma.
Domingo 15 de Noviembre de 2009
Eran los primeros minutos del domingo, cuando dio inicio la última mesa de lectura; muchos aguantaron el frío hasta el final; terminada la última mesa no faltó quién pidiera más poesía, peticiòn que por el frío y la hora, no tuvo mucho eco. Asi nos despedimos del abuelo de 800 años, agradeciendo por su hospitalidad y por soportarnos hasta tan altas horas; con el compromiso de regresar a visitarlo el año entrante, con renovadas fuerzas y con más poesía.
nota: las imágenes se las debo porque mi máquina no me permite adjuntarlas en este momento (no me pregunten porque), lástima, hay unas muy buenas.